Cuando yo tenía la edad de Cecilia, ya tenía una mejor amiga. Mónica y yo éramos inseparables, estábamos siempre juntas. Recuerdo que mi madre me aconsejaba que no tuviera sólo una amiga, por si un día me fallaba, me decía y como insistía tanto pensaba que la tenía manía, pero en realidad, con la perspectiva de los años, he entendido que no le faltaba razón. Esta fuerte amistad duró hasta 7º de EGB, curso que empecé a estudiar en otro colegio. Desde entonces no nos volvimos a ver hasta hace 3 o 4 años y aunque, evidentemente, no ha vuelto a ser lo mismo, ella siempre ha estado y estará en mi recuerdo. Mi primera amiga, mi primera mejor amiga.
Desde entonces me ha pasado un poco como le pasa ahora a mi hija. Siempre he sentido la necesidad de sentirme apreciada y aceptada y cuando alguna niña o grupo de amigas me apartaban, me sentía muy triste.
Este temor es el que encuentro desde hace unas semanas en Cecilia y se ve reflejado en las siguientes tres situaciones que motivan el post de hoy. En ellas se muestra su inquietud y su deseo de «confirmar nuestra amistad».
- Cuando está contenta o se ha portado bien, me lo pregunta afirmándolo: «Mamá, eres mi amiga, ¿verdad?».
- Cuando está triste o mimosa, directamente me lo pregunta: «Mamá, ¿eres mi amiga?».
- Por el contrario, cuando es ella la que se enfada conmigo, me dice: «Mamá, no voy a ser tu amiga siempre». Tal cual, no es un error. 🙂
Supongo que esta inquietud responde a una necesidad de reafirmarse, de sentirse aceptada y valorada. Está descubriendo que hay compis con los que se lleva mejor y otros con los que se entiende peor. Con algunas, como con Martina (una de sus mejores amigas), incluso discute y si se dicen que ya no son amigas, lloran y lo sienten de verdad.
Pero me llama la atención que eso lo traslade a mi. Es evidente que yo la quiero y procuro demostrárselo a cada rato, por eso no entiendo que necesite que la diga que sí, que soy su amiga. Por supuesto que soy su amiga. Espero y deseo ser su amiga siempre, pero soy consciente que según vayan pasando los años, menos cosas me irá contando. Espero que tenga confianza conmigo y que la parcela que se guarde para ella sea chiquitita. No lo sé. Pero si es como yo, estoy acabada, la de secretos que le oculté a mi madre…
¿Vosotras qué pensáis? ¿Por qué creéis que me hace esas preguntas? ¿Recordáis a vuestra primera amiga?
¿Me lo contáis?
Carolina says
Yo también tuve una única mejor amiga, Blanca, desde que recuerdo hasta la misma edad q tú. Planeamos q nos casaríamos para estar siempre juntas, jeje. Después tuve otra, Cristina y luego, ya de adolescente, otra, Clara. Creo q hay gente más dependiente q otra gente. Yo siempre he buscado alguien a quien aferrarme de forma casi exclusiva. Ahora ese puesto lo ocupa mi marido.
Recuerdo q hace no mucho alguien me preguntó cuál era mi hobbie y no supe qué responder, entonces me dijo q qué me gustaba hacer y sólo me salía «estar con mi marido (entonces novio)».
Puede parecer negativo depender así de alguien, pero no conozco otra forma de ser.