Hace unos meses os contaba cómo Cecilia había superado con éxito la retirada del pañal diurno (lo podéis recordar aquí), pero la del pañal de noche está siendo otro cantar. Este verano se lo quitamos durante algunas semanas, pero hubo varios días que mojó la cama y, como estábamos en la casa de los abuelos en la playa y no era plan de que tuvieran que estar lavando sábanas día si y día también, acabamos comprando pañales de nuevo.
Lo cierto es que casi todos los días saca el pañal seco (es raro el día que lo moja) así que no sé cuándo acabaremos el paquete para probar lo que hace unos días descubrí. Además, Cecilia estaría encantada de perder de vista el pañal cada noche porque, aunque ahora no dice nada, no le hizo mucha gracias la idea de que se lo volviéramos a poner. Que, ¿de qué estoy hablando?. Pues de los Salvacamas Lindor Ausonia, unos protegecamas muy útiles para los escapes nocturnos.
Mantienen una protección ultra gracias a su núcleo de celulosa que retiene líquidos proporcionando una mayor integridad de la celulosa. Son muy prácticos, fáciles de guardar y transportar, ya que ocupan menos espacio porque son más finos. Poseen un fresco aroma y son antideslizantes favoreciendo un mayor confort ya que su sistema único ayuda a fijar el Salvacamas a la cama para que se mueva menos.
¿Consideráis que son una buena solución para los escapes nocturnos esporádicos? Seguro que ya los conocíais, ¿los han utilizado vuestros peques?
¿Cómo lleváis o han llevado vuestras y vuestros peques el tema del pañal de noche?
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