Últimamente, Cecilia ha encontrado una nueva táctica para evitar situaciones embarazosas.
Os voy a mostrar un ejemplo de una situación cualquiera:
Si nosotros le decimos:
– Tienes que recoger todos los juguetes con los que has estado jugando antes antes de cenar»
Ella nos responde:
– «¡Nooo, no quiero!»
Nosotros, enfadados, le contestamos:
– «¿Cóooomo?
Es entonces cuando ella exclama:
– «¡QUE ERA BROMA!»
Y a continuación, se dispone a obedecer la orden sin mediar más palabra.
¿Cómo os quedáis? Pues así nos quedamos nosotros más de una vez al día.
Y como éste, os podría contar más ejemplos…
Reflexionando sobre ello y partiendo de la base de que es una buena niña, creo que, como a todos, muchas veces no le apetece hacer algo y su primer impulso es rechazar la orden recibida. Pero más tarde se da cuenta de que debe obedecer y que si no lo hace, nos vamos a enfadar y saca de su chistera esta respuesta.
Una original forma de hacernos pasar del enfado a la risa, a la sorpresa e, incluso, al alivio en el tiempo que tarda en decir esas tres palabras…
¿Os ha pasado algo parecido? ¿Como reaccionan vuestras y vuestros pequeños en situaciones similares?
Jajaja estos niños son la monda
Medusi tb se ha aprendido eso de la broma, y cuando se ve atrapado por algo que ha dicho sale con esas…
Puede ser por lo que dices, aunque hay veces que se pasa de la raya y ya le digo que hay que tener cuidado con las bromas… pero bueno, estamos hablando de que aun no tiene 4 años, tendremos que trabajar en ello
Un abrazo!
Eso tendré que empezar a decirle, que tenga cuidado con las bromas, que van a empezar a no hacernos tanta gracia…
¡Otro abrazo fuerte para ti!
Sí, lo de «era broma» lo usa Bruno también. Yo creo que son recursos que aprenden de nosotros mismos, puede que incluso la alternativa de decir que ha sido broma saliera en algún momento de nosotros 😉
Pues seguramente, Martina. En esta casa somos muy bromistas en general… 😉
¡Jajaja! Mi bichilla de momento sigue estancada en el no para todo. Pero con la edad de la tuya estas situaciones tienen que ser divertidísimas.
¡No sabes cuánto, maja!
Y yo, que soy de risa fácil…. 😉