El pasado miércoles 26 de marzo, la firma de joyas personalizadas Mifabula organizó un evento muy especial en el centro de ocio infantil Fundaland. En este precioso y mágico lugar, cuyo objetivo es trabajar por la participación de las personas con dificultades intelectuales en la sociedad, se presentó la joya Primera Comunión diseñada por Anna Vives en colaboración con Mifabula.
Se tuvo la suerte de contar con la presencia de Anna, su protagonista que viajó desde Barcelona para acompañar a todo el equipo de Mifabula y sus invitadas. Como ya os conté la primera vez que os hablé de Mifabula, Anna es una chica con síndrome de down con un gran afán de superación que le ha llevado a poner todo su empeño y esfuerzo en la creación de una tipografía de letra, disponible para escribir en cualquier procesador de textos. Su objetivo es conseguir difundirla y potenciar sus valores asociados a ella: la igualdad social y la importancia del trabajo en equipo sumando capacidades.
Como ya sabéis quienes me leéis, Mifabula es una firma de joyería que se caracteriza por ofrecer la posibilidad de grabar emociones en cada pieza, convirtiendo cada una de ellas en algo especial, único e irrepetible. A todo esto, Julie de Fontenay, la artífice de este proyecto, ha querido darle un valor añadido y que la solidaridad pase a formar parte de la seña de identidad de su firma y ha preparado este evento con un inmenso cariño, ya que según sus palabras, “la historia de Anna es un gran ejemplo de superación y de valor humano”. Basándose en el lema “Entre todos podemos” Julie pretende añadir su granito de arena al apoyo de distintas causas sociales.
Con esta colaboración, la firma de joyería destinará el 30% del precio de la venta de la joya diseñada por Anna a fines sociales. Además, al grabar cualquier joya de la firma con la tipografía de Anna se donará el 10% de la venta a la Fundación Itinerarium, entidad social sin ánimo de lucro en la que Anna trabaja dentro del proyecto BOX21 que mejora la calidad de vida de las personas con dificultades físicas e intelectuales.
Como veis, un evento muy especial al que, desafortunadamete, no pude acudir pero que gracias a mi amiga Leticia, de Popolet Bordados y a las amigas de Mifabula os lo puedo contar (casi) como si hubiéramos estado vosotras y yo presentes. Muchísimas gracias, igualmente, por la invitación.
Pues ya tenemos una idea de regalo de cara a uno de los eventos más importantes para cada niño o niña, su Primera Comunión. Una joya que brilla no sólo por su valor material, sino también humano y solidario.
Un regalo perfecto y completo, ¿verdad?
Blanca Rosa Amor Huidobro says
La idea me parece genial ,el ser artista ,realizar esos diseños originales y bonitos y además colaborar con niños deficientes que puedan considerarse útiles es fantástico ,ánimo a colaborar a toas las que podáis .El post me parece muy bonito,parece que hubieras asistido al evento.