Un día muy especial en Micropolix (1ª parte)

Seguro que muchas y muchos habréis oído hablar o habréis estado en Micrópolix. Para los que todavía no, basta con que os diga, como su propio nombre indica, que se trata de una mini ciudad para las y los más pequeños de la casa con todo lo que ello conlleva: su hospital, su supermercado, su banco (bueno, ;-)), su comisaría, autoescuela, etc… con un montón de actividades «de mayores» adaptadas para que se sientan como un poco adultos, aunque sea por un día. En definitiva, el lugar ideal para los niños y niñas y más cuando sabemos lo que les gustaría crecer. Y aunque  había oído hablar maravillas de este lugar, no había ido todavía porque Cecilia es aún pequeña para poderle sacar todo su jugo…

…Hasta el pasado sábado, en el que Micrópolix organizó el 1º Encuentro Padres y Madres 2.0, con la excusa perfecta de adentrarse en el mundo cada más más creciente de la blogosfera maternal e intercambiar ideas, inquietudes y experiencias o como bien expresó Dácil Muñoz, Comunity Manager de Micrópolix y bloguera (Blog de una madre desesperada), un punto de apoyo, de respuestas, de comprensión y de nuevas ideas 1.0 ante las dudas que a todas nos surgen cuando nos hacemos padres y madres.

Así que allí fuimos Cecilia, mi marido (por vez primera junto a nosotras en un evento de estos) y yo dispuestos a pasar un día de lo más entretenido…

En esta primera jornada nos hicieron hincapié en la importancia de Aprender jugando y de “La magia de la imitación” en una charla impartida por Sara Dapia, Pedagoga y bloguera (EducaOrientaOcio) en la que nos recordó la necesidad de dejar jugar a nuestros hijos e hijas libremente y dedicarles tiempo para fomentar su correcto desarrollo. Nos indicó, también, que el juego simbólico en concreto, nos ayuda a descubrir el potencial y el talento de nuestras y nuestros pequeños y a desarrollarlo y que es muy importante invitarles a jugar por jugar… jugar para ser feliz.

Ana Minekan, de la Academia Proyecto Aristóteles nos habló del Desarrollo de las capacidades intelectuales del niño y en su charla “¿Quién dijo que estudiar era aburrido?”, nos dio varias ideas intaresantes y que fácilmente pueden ser llevadas a la práctica para mejorar el aspecto lingüístico-verbal de nuestros hijos e hijas como escribir un diario, postales, fomentar la lectura de periódicos, de poesía o de teatro, contar cuentos o jugar a ser presentadores. Nos invitó también a hacer con nuestros peques un experimento que consiste en organizar una comida familiar en nuestra casa y que sean ellos o ellas los encargados de todo, desde la elección del menú hasta su preparación y hacerles partícipes de la organización de todo el evento. Con esto, fomentaremos su autonomía en la toma de decisiones, les daremos oportunidad para expresar sus gustos y opiniones, podrán comparar precios y cantidades, interactuarán con el medio y se verán más responsables.

La siguiente charla corrió a cargo de Patricia de Calatrava, de Hera Terapia Familiar y de Pareja en la que nos dio unas pautas acerca de “Cómo convertirse en una familia sin dejar de ser una pareja”. Ideas tan sencillas pero que a menudo se nos olvidan como la necesidad de mantener nuestra propia independencia pero a la vez guardando una parte muy importante para nuestra pareja y repartiendo correctamente ambos tiempos. Y la importancia de mantener vivo el deseo equilibrando conceptos como el hogar, la tranquilidad, el sentido de pertenencia, la seguridad o la rutina con otros como la aventura, el misterio, lo inesperado o lo nuevo. Mantener una relación sana, nos indicó, se basa en una equilibrada educación de nuestros hijos, una buena convivencia, compartir y mantener nuestras aficiones y nuestro ocio y en una organización de la economía familiar y doméstica. Pero sobre todo, que debemos ayudar a nuestra pareja a que tenga su propio espacio personal.

Como podéis ver, una jornada muy, pero que muy interesante, pero que debo dividir en dos partes para no saturaros demasiado y que podáis empaparos un poco de los que allí pudimos vivir. ¡La semana que viene más!

¿Qué os ha parecido esta primera parte?