No nos estamos casi reponiendo del palo que supuso para las familias la vuelta al cole y ya tenemos ahí acechando la Navidad. Más gastos para muchos de vosotros, para quienes los ingresos son los que son; en nuestro caso mi marido sí tiene unos ingresos más fijos que los míos pero para todos es importante intentar ahorrar. Y es que lo de disponer de un colchoncillo que nos ayude cuando menos lo podamos esperar, es la meta a intentar alcanzar para muchas familias (algo que muchas veces es difícil de conseguir).
En nuestro caso, uno de los motivos que más nos hacen gastar es viajar. En esta familia realizamos un viaje largo al menos una vez al mes (para visitar a mi familia en Burgos) sin contar con que el papá de la casa utiliza el coche a diario no sólo para ir a trabajar sino, también, durante sus jornadas laborales. Yo lo utilizo (más por rapidez que por necesidad) para llevar a Cecilia a sus actividades extraescolares porque para ir al cole ya no nos hace falta ya que (por fin) podemos ir andando o en autobús. ?
Pero de vez en cuando nos gusta escaparnos y visitar alguna localidad cercana. Esto es algo a lo que no nos gustaría tener que renunciar (ya sabéis lo que disfrutamos de este valiosísimo tiempo de ocio en familia). Así que hemos pensado en aquellas costumbres que nos hacen consumir más gasolina de la necesaria, ese líquido de oro cuyo precio varía tan a menudo (y casi siempre al alza):
- Tratad de conducir con suavidad y manteniendo una velocidad constaste. Si abusáis los frenazos y los acelerones, vuestro coche podrá consumir hasta cuatro veces más que cuando se aprovecha la inercia para avanzar.
- Circular con marchas largas y a bajas revoluciones en autovías y autopistas reduce el régimen de giro del motor y, con ello, el consumo.
- No bajéis las ventanillas (algo que a Cecilia le encanta) porque lo que provocáis es que la aerodinámica de vuestro vehículo empeore. Para que os hagáis una idea, si circuláis a 100 km/h podríais gastar un 5% con las ventanillas bajadas y un 15% con el techo solar abierto.
- Cuidado con el exceso de peso en el maletero, que también repercute en el consumo. Se calcula que por cada 100 kilos de peso el coche puede gastar un 5% más.
- En ciudad, tratad de evitar siempre y en la medida de lo posible, los trayectos cortos. Sus constantes detenciones y arrancadas en los que el motor no tiene tiempo de alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento pueden hacernos gastar más de 15 litros de media.
- Planificad bien vuestro viaje no sólo para evitar atascos o carreteras en obras, sino también para localizar las gasolineras más cercanas a lo largo de vuestro itinerario. Para ello, yo utilizo herramientas como la cuenta de Twitter de la DGT @InformacionDGT o la app Google Maps.
- Vigilad la temperatura interior de vuestro vehículo. Si abusáis del sistema de climatización, el motor consumirá más.
- Un correcto mantenimiento de nuestro vehículo puede hacernos ahorrar, a la larga, unos cuentos euros con unos simples gestos: Comprobad la presión de los neumáticos y que éstos sean ecológicos (se caracterizan por tener baja resistencia a la rodadura); realizad las revisiones que indica el fabricante; controlad y sustituid los filtros, que no estén sucios; vigilad el consumo de forma periódica y procurad que el aceite del motor sea de calidad y el recomendado por el fabricante de vuestro coche.
- Siempre, siempre, siempre, ojo con el exceso de velocidad. Por vuestra seguridad y, también, para ahorrar porque si superáis los 120 km/h en autovías y autopistas, el consumo se incrementará por dos respecto del aumento de la velocidad.
- Buscad descuentos a la hora de repostar. Por ejemplo, las estaciones de servicio BP ofrecen las Tarjetas de BP MiBP y MiBP Plus con las que podréis ahorrar más cada vez que repostéis, hasta 5 cts./litro en cada repostaje.
Seguro que a vosotros se os ocurre algún tip más de ahorro, ¿os animáis a compartirlos?
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