Sí, la apoyo. Porque desde el primer segundo en el que me pusieron a Cecilia al pecho y durante los 17 meses que la amamanté, nunca he sentido ni sentiré nada igual. Sensaciones que fueron madurando a lo largo de los meses, y que no cambiaría por nada. Aún recuerdo las primeras horas de largas tomas de calostro en las que entre tantas visitas en el hospital, nosotras conseguíamos encontrar algo de paz o cómo olvidarme de El tercer día, el de la subida de la leche, momento en el que yo encontré apoyo y del que escribí hace un tiempo. Imposible olvidarme tampoco de los días de incorporación al trabajo en los que me sacaba la leche que luego Cecilia se negaba a tomar en biberón y de consiguientes llegadas apresuradas del trabajo para que ella mamara. Y ni puedo ni quiero olvidarme tampoco de los meses finales de la lactancia (y que todavía hoy mi marido recuerda) en los que Cecilia y yo nos acostábamos las dos juntas en la cama y le daba cada noche su postrecito.
Tengo que deciros que no es fácil, claro que no es fácil. Pero no sólo amamantar es difícil. Las madres recientes nos tenemos que enfrentar a multitud de situaciones nuevas inundadas por un halo de tristeza, meloncolía y desesperanza provocadas por unas hormonas que han decidido campar a sus anchas por nuestro estado de ánimo y ésta es sólo una de ellas. Claro que yo sentía todo eso y añadiría una más: soledad. Yo me sentí muy sola durante los primeros meses, y muy triste, pero en ningún momento me planteé tirar la toalla. Pero soy consciente de que hay mamás que sí, unas porque quieren y otras porque se ven obligadas a abandonar aún después de haberlo intentado y de haber recibido apoyo y por una razón o por otra no han podido amamantar o continuar amamantando a sus bebés.
Y todo esto, ¿a cuento de qué viene? Pues a que hoy, 1 de agosto, no sólo comienza la Semana Mundial de la Lactancia Materna, sino que se conmemora el Día Mundial de la Lactancia Materna. Estos siete días este año están centrados en el Apoyo a las madres que amamantan: cercano, continuo y oportuno.
Un lema que hace un llamamiento a que nos unamos entre nosotras para apoyarnos a iniciar la Lactancia y mantenerla identificando este apoyo comunitario para que otras mamás puedan acudir, informar al público de los beneficios de esta unión, impulsar a quienes apoyan la Lactancia Materna (cualquiera que sea su profesión) y el que me parece más importante (y difiícil): hacer un llamamiento a las instituciones para que cumplan los 10 Pasos para una Lactancia Materna Exitosa, en particular el Paso 10 para mejorar la duración y las tasas de lactancia materna exclusiva.
Ojalá algún día no se tenga que celebrar esta Semana porque ya no sea necesario concienciar a ninguna mamá (y a ningún o ninguna pediatra) de que la mejor opción para alimentar a sus bebés es la leche materna, pero mientras tanto, mirando a mi alrededor, me doy cuenta de que aún queda mucho por hacer.
Con este post, me uno a la iniciativa de Pilar Martínez: mamá, compi bloguera de www.maternidadcontinuum.com, farmacéutica, asesora de lactancia y autora de «Los 5 Pasos para Tener Éxito en tu Lactancia Materna» y de «Destetar sin Lagrimas» para apoyar la Lactancia Materna en este día.
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