Siempre he pensado que el otoño es la época de transición más importante del año, una de las que más cambios se suceden. Por eso, este año me he propuesto proyectar en mi la acción de naturaleza y desnudar mi interior de todas las hojas secas que se han vuelto inservibles. Para volver a empezar, para partir de cero y para florecer en unos meses plena de savia nueva, renacida.
Una nueva forma de, aunque parezca paradójico, volver a la rutina huyendo de rutinas pasadas, de dibujar de un nuevo color los días, de mirar a nuestro alrededor y observar los cambios que, con determinación irán llegando con el convencimiento de que todo irá bien. De que el resurgir llegará. Pero dentro de unos meses. A su tiempo.
Y pisar sobre las hojas resquebrajadas segura y con más fuerza. Y de sentir su caída pausada al ritmo de la brisa fresca. Y de respirar el aire tibio de una nueva etapa. Y de abrigarnos juntos: Tú a mi y yo a ti.
Bienvenido, Otoño.
Blanca Rosa Amor says
Es bonito escriibir y sober todo lo que a una le inspira a cada momento. Tú, como tu padre, sois de otoño. A mi me gusta mas la primavera, quizás tengas razon que haya que pasar una buena preparación para recibir a la primavera. ¡Cuánto me gustaria estar siempre en primavera!